
Por otro lado el bunkering gibraltareño aunque castigado por la union europea sigue campando a su anchas en nuestra maltrecha bahia, los gritos ecologistas son acallados sin compasion por la marea de politicos que solo saben marear la perdiz y no llegan a un acuerdo para poner orden en unas aguas cada vez mas castigadas.
Me da miedo de que un nuevo prestige se adueñe de nuestras aguas y entonce ya los llanitos no las querran esntonces ya solo seran nuestra aguas.