lunes, 8 de febrero de 2010

Amor e Imprudencia


El nieto y el abuelo se paseaban alegremente por el filo de un tajo de casi cien metros de altura.
Por un momento, todos los fotógrafos, que estabamos esperando a los buitres en el tajo de Casares, nos quedamos estupefactos.
En cualquier momento un mareo del anciano o un tropiezo del niño, podían hacerles caer al vacío.
La angustia duró unos pocos segundos, pero parecieron horas.
Tras recriminarselo, abandonaron su arriesgado paseo.
Muchas veces, las personas jugamos con la suerte.
Por suerte esta vez no "tocó".

1 comentario:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE:
PACO GUERRERO


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.

José
ramón...